Rechazo de vacunación y despido de empleados por causa justa

un análisis a la luz de la teoría de la democracia constructiva

Resumen

Objetivos: El presente artículo se propone investigar si la negativa del empleado a vacunarse constituye motivo suficiente para el despido por justa causa, conforme lo previsto en el artículo 482 de la Consolidación de las Leyes del Trabajo (CLT). El análisis se realiza a la luz de la Teoría de la Democracia Constructiva, que propone que una sociedad es más democrática cuanto más los individuos pueden influir en la construcción de su propia realidad. La pregunta central es si esta negativa constituye el ejercicio legítimo del derecho fundamental a la libertad o si, por el contrario, justifica el despido por justa causa, especialmente en el contexto de la crisis pandémica.

Metodología: El método de investigación utilizado es cualitativo-deductivo, basado en investigación bibliográfica y documental, incluyendo libros, artículos científicos, decisiones judiciales y legislación. El artículo aborda teorías democráticas, desde Hans Kelsen hasta la Teoría de la Democracia Constructiva, con el objetivo de verificar si la exigencia de vacunación por parte del empleador puede considerarse legítima en el entorno democrático brasileño. También se analizan las hipótesis de despido por justa causa previstas en el ordenamiento jurídico, en especial los actos de insubordinación e indisciplina.

Resultados: El estudio concluye que, aunque la legislación permite el despido por justa causa en caso de negativa a la vacunación, esta medida debe aplicarse con cautela, respetando el principio de proporcionalidad y el valor social del trabajo. Se observó que, bajo la Teoría de la Democracia Constructiva, existe espacio para que empleadores y empleados decidan, de manera conjunta y democrática, la mejor solución para la cuestión de la vacunación en el lugar de trabajo.

Contribuciones: El artículo contribuye al debate sobre la tensión entre la libertad individual y la protección colectiva en situaciones de crisis sanitaria, proponiendo la aplicación de la Teoría de la Democracia Constructiva como forma de conciliar los intereses conflictivos entre empleadores y empleados, sin la necesidad de imposiciones estatales severas.